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El hombre creía que la Tierra era una fuente inagotable de recursos, y que su actuación sobre ella carecería de consecuencias. Pero las consecuencias comenzaron a llegar, y pocos lo creyeron al principio. Sólo unos pocos pudieron prever lo que ahora todos damos por hecho, y al menos hicieron algo para poder prevenir lo que se avecinaba. Soliclima fue una de esas pocas pioneras.
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Soliclima expone cómo aplicar la eficiencia energética en la industria
¿Cómo pueden contribuir las energías renovables y las medidas de eficiencia energética al mejorar la competitividad de las empresas? La respuesta a esta pregunta la dieron este miércoles en Rubí (Barcelona) las jornadas energéticas tituladas “Energías renovables y competitividad empresarial”.
Las jornadas han contado con la intervención de la teniente de alcalde de Promoción de la Ciudad, Maria Mas, el gerente de l’Instituto Catalán de la Energía, Ferran Relea, el gerente de Soliclima, Ramon Pérez, y Josep Moncunill, de la consultora Innovació.net.
Según Ramón Pérez, de Soliclima, se prevé que el precio del petróleo crezca de forma exponencial en los próximos años, hecho que afectará muy negativamente a la economía y la competitividad de las empresas. Por eso, hay que “buscar alternativas y fijarnos en ejemplos como los de Austria, donde muchas empresas ya utilizan las energías renovables”, ha afirmado Pérez. La solución, afirma el gerente de Soliclima “es un mix entre las energías renovables y la eficiencia energética. Y es que el mejor ahorro es aquel vatio que no se consume”.
Ramón Pérez ha informado de los diferentes mecanismos y de las medidas que un empresario puede aplicar en su empresa para reducir el consumo energético, como por ejemplo, las calderas de bajo consumo, el suelo radiante o la bomba de calor. A esto cabe añadir la posibilidad de incluir instalaciones de energía solar térmica, fotovoltaica, biomasa o de tratamiento de aguas residuales.
Inversiones rápidamente amortizables
Durante las jornadas también se han mostrado casos prácticos de inversiones realizadas en este ámbito. Por ejemplo, una instalación solar térmica con un coste de unos 10 mil euros, se puede amortizar en unos 5 años, y consigue que la empresa ahorre hasta el 41% de consumo energético y evita la emisión de unas 9 toneladas de CO2 anuales. En cuanto a eficiencia energética, la gran referencia son las calderas de condensación que tienen un coste de 5 mil euros, se amortizan en un año y ahorran un 40% d’energía.
Precisamente, empresas y administraciones coinciden en que ésta última es la línea a fomentar, y así lo muestra la política de ayudas y subvenciones que otorga el Instituto Catalán de Energía. En este sentido, el gerente del ICAEN, Ferran Relea, ha anunciado las novedades en las ayudas para el 2007, que deben aprobarse en las próximas semanas. Las líneas de créditos blandos o las subvenciones que oscilan entre el 20 y el 75%, son algunas de las ayudas a las que el empresario puede optar.
20% renovables para el 2020