El suelo radiante es el sistema de calefacción y refrigeración que menor consumo de energía presenta y por sus características combina perfectamente con la energía solar térmica y la areotermica debido a las bajas temperaturas a las que trabajan. Es una calefacción limpia, invisible y silenciosa, ya que consiste en unas tuberías de agua caliente que circulan por debajo del suelo.
A primera vista, puede parecer extraño que queramos una calefacción en el techo, dado que el aire caliente tiende a subir hacia arriba. La solución al enigma se basa en que este tipo de calefacción no utiliza aire para transmitir el calor, sino ondas de calor de larga frecuencia. Es un sistema sano y altamente eficiente que sólo tiene ventajas.
El techo radiante industrial es un sistema de calefacción altamente eficiente, ampliamente usado en países como Alemania, que ofrece ahorros de hasta el 50% de energía a lo largo de todo el año.
El techo radiante industrial ya ha sido ampliamente utilizado en Europa. Empresas como BMW o Mercedes Benz lo utilizan en sus fábricas; también los disfrutan la policía alemana o los pasajeros del aeropuerto de Frankfut.
Nuestro fabricante comenzó su andadura en 1953 en Holanda. Ya desde el principio se dedicó a la fabricación de sistemas de calefacción por radiación desde el techo. Fabrican para toda Europa. Hasta ahora, se ha realizado más de 4.500 proyectos a lo largo de toda Europa, con una superficie instalada de 4.500.000 m2 de paneles de techo radiante industrial para la calefacción y para la refrigeración.
A nivel físico, existen tres tipos diferentes de transmisión de calor:
Vemos así que la radiación es un sistema sano de transmisión de la calefacción. Su mayor ventaja es que no utiliza el aire para la transmisión de calor, por lo que no es necesario invertir energía en calentarlo. El calor llega directamente a los cuerpos sólidos -paredes, suelo, objetos y cuerpo humano-. Es sólo entonces cuando ellos reflejan el calor y lo transmiten al aire. Es por este motivo, que nos podemos encontrar con la paradoja de que un sistema de calefacción por radiación tiene unas temperaturas de aire más bajas que los sistemas convencionales, pero la sensación térmica es mucho más elevada. Y el ahorro de energía, de hasta un 50%.
A nivel interno, el funcionamiento es similar al de un suelo radiante convencional: una red de tuberías circula sobre el falso techo, transmitiendo el calor en forma de ondas.
Se trata del principio más antiguo de emisión de calor. Es el mismo que se da en el Sol. Por este motivo, cuando estamos a la sombra o al sol, la temperatura del aire es la misma, pero nuestra sensación térmica es de mucho más calor cuando estamos al sol: al recibir su radiación, produce calor en nuestro cuerpo.
En la calefacción por convección, -aire acondicionado etc-, también existe una proporción mínima de radiación, pero es tan pequeña que no se nota. Lo que funciona en ese caso es la transmisión del calor a través del aire. En el suelo o techo radiantes, no se está utilizando ningún artefacto sofiscicado para producir la radiación. Se basa en un sistema de tuberías por las que circula un líquido caliente, como en los sistemas tradicionales de calefacción central. Lo que hace que la radiación funcione, es la gran superficie utilizada para calefactar, porque en la calefacción por radiación, la la eficiencia de la radiación es proporcional a la superficie del cuerpo emisor. Éste es el secreto.
Los paneles son robustos y soportan golpes de bolas y balones, según la norma DIN 18032. Están pintados en blanco y pueden llevar el sistema de iluminación integrado, con lámparas especialmente pensadas para estas condiciones de calefacción.
Es especialmente indicado para volúmenes amplios que son díficiles de calefactar mediante aire, como naves industriales, comedores, polideportivos.
Estos gráficos están hechos a base de datos reales de consumo de un polideportivo que instaló techo radiante en 2005. De estos datos, podemos deducir que el techo radiante industrial supone un ahorro de hasta un 50% en calefacción frente a la calefacción por convección.
La termografía es una fotografía cuyos colores varían en función de la temperatura que tienen los objetos. En estas termografías se observa fácilmente que las paredes, suelos y objetos se calientan rápidamente. Están realizadas en una instalación real del fabricante en Alemania, con una temperatura exterior de -10ºC.
Aquí podemos comparar cuál es el resultado del gradiente de temperaturas. Cuando se climatiza con aire caliente, la masa de aire caliente sube hacia el techo, mientras que a nivel de suelo, que es donde se encuentra el ser humano, la temperatura apenas ha aumentado. A este problema se le denomina estratificación. La única forma de corregirlo es instalar en el techo unos aerotermos, esto es, una especie de ventiladores que envían el aire caliente hacia abajo. El consumo final de este sistema es elevado.
En la imagen también podemos ver cuál es el resultado del techo radiante. La temperatura del aire es mucho más homogénea, aunque como decimos, la mayor parte de la calefacción se la lleva la masa sólida: paredes, suelo, objetos y cuerpos humanos. El aire sólo se calienta de forma indirecta, con el consiguiente ahorro energético.